Fuego de Ángeles

martes, octubre 19, 2004

El encuentro...

Continuaban tratando de escapar, pero Siuxsie volvió a escuchar esos pasos detrás… Ella volvía a correrlas, trataba de alcanzarlas, asustada, alarmada. No era alguien enviado por el Oscuro. Un aliento agitado que exhalaba temor… Tomó del brazo a Ginebra para detenerla, y sin dudarlo se dio vuelta. Asustada la chica la miró con ojos confundidos (no había peligro cerca?, no tenían que escapar?). Hizo un gesto con su mano para que no abriera la boca, y miró hacia tras. Los pasos se escuchaban cada vez más fuerte, al tiempo que la respiración cedía al bajar el ritmo en que se acercaba. Nuevamente la figura imponente, alta, radiante, vestida de ceniza se paro frente a ellas. Siuxsie le clavó los ojos, tratando de hallar respuestas sin que nadie pronunciara palabras. Parecieron entenderse en un silencio repentino y escaso, que olía a amapolas. Ginebra observaba atónita la conversación muda, y justo en el instante en que el ángel la empujaba hacia delante para emprender de nuevo el camino, la mirada de la semidiosa se dirigió al techo, y abriendo las alas de golpe, Siuxsie hizo caer a la mujer demonio que se abalanzaba sobre ellas. El demonio en el suelo miró con odio el negro resplandor de las alas, y mostrando sus colmillos se disponía a pararse nuevamente para luchar contra sus presas, cuando un trueno desgarrador irrumpió en la escena. El Oscuro estaba más cerca que nunca, y no perdería oportunidad de venganza… La semidiosa extendió su mano para ayudar al demonio a pararse (tan suculentos platos… pero a fin de cuentas ella no quería el castigo de él…). Se incorporó, e indicó la salida… (o una nueva trampa tal vez?). El Oscuro seguía acercándose…